Ahora llegaría el paso más difícil, tendremos que tener paciencia y dejarlos madurar para que endurezcan y se intensifique su sabor. Los colocaremos en un recipiente con rejilla y lo voltearemos cada día para que se forme una costra por toda la parte externa de nuestros quesos. Cuanto más tiempo lo dejemos curar, mejor. A partir del segundo o tercer día ya estarían listos para consumir pero aún estarán tiernos, si queremos una textura más curada, tendremos que dejarlos más tiempo, podremos dejarlos madurar hasta 10 días y en ese momento, estarán perfectos para disfrutar.
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